sábado, 2 de febrero de 2008

Una Cobardía que Pretende ser Valiente

Una amiga, que me merece toda credibilidad, me ha comentado que en su última visita a la Ginecóloga, la profesional le sugirió la vacuna contra el Cáncer de Cuello Uterino (causado por el Virus de Papiloma Humano, una enfermedad de transmisión sexual); seguramente la médico sabía que mi amiga tiene una hija de 10 años. La ginecóloga dijo algo como esto: “este cáncer es trasmitido por el hombre, y como ahora las niñas comienzan su vida sexual a los 14 años, pues es bueno irles poniendo las tres dosis de la vacuna”.

¿Y saben cuál es el costo de la preciada vacuna? $1.200.000 (algo mas de 600 dólares)

Es cierto lo que dice la médico: los hombres podemos ser los portadores del VPH; pero lo que no dice la ginecóloga, tal vez por cobardía, o tal vez por que ella es un eslabón de la cadena de mercadeo de esas vacunas ($1.200.000 alcanza para pagar varias comisiones comerciales, ¿o no?), es que si una mujer no tiene relaciones con diversos hombres, y los hombres también se vuelven monógamos, la enfermedad dejaría de ser un riesgo para la salud de todos.

Seguramente, si le preguntamos a la doctora de marras, dirá algo como esto: “es inevitable que los muchachos exploren su sexualidad; es mas, es bueno que lo hagan. Y en ese camino, tendrán varias parejas, así que es mejor que nuestras hijas estén vacunadas”.

Pues bien, no quiero que mi hija pertenezca a ese grupo de “vacunadas”.

La vida no tiene que ser lo que las multinacionales farmacéuticas y sus ilimitadas metas de mercadeo, quieren que sea para nosotros.

Yo propongo que los padres nos apersonemos de la crianza de nuestros hijos y que les enseñemos que valen tanto, que no merecen jugar con su sexualidad, su afectividad, sus sueños y su salud. Dejemos de ser cobardes y enfrentemos la responsabilidad de educarlos que si fuéramos aún mas valientes, reconoceríamos que ellos son la fuente de mayor realización para nosotros.

¿Vamos a esconder nuestra cobardía en la valentía de dejar que nuestras hijos fracturen su afectividad con experiencias que pueden poner en peligro sus vidas? ¿Vamos a permitir que la cobardía, disfrazada de valentía, en profesionales como la que menciono, sea la autoridad en el corazón de nuestros hijas?

Y dejo muy en claro que no cuestiono el profesionalismo de la ginecóloga. Ella parece hacer parte de una cadena que no quiero que amarre la felicidad de mi hija, quien nació libre y así merece vivir su vida.

Meditaciones Para la Vida

Aquí entre nos, me sentí bastante identificado con esta ppt.

4 comentarios:

JORGE dijo...

Hola, felicitaciones por tu artículo referente a la vacuna del Virus Papiloma Humano.

Yo soy médico, y te puedo decir que esa vacuna es todo un riesgo, el problema está que por interese económicos no te dicen toda la verdad, o te la dicen a medias y muy convenientemente para los divulgadores de la Cultura de la Muerte.

Con la "confianza" que tienen la mujeres vacunadas de que ya están protegidas del cáncer, devienen en promiscuidad sexual, y dicha vacuna no protege contra toooooodas las demás enfermedades de transmisión sexual, incrementando su riesgo.

Por lo tanto es mejor (y más barato de paso): la abstinencia para los solteros, y la fidelidad mutua dentro del matrimonio, que además de permitirnos gozar de las bendiciones del Señor, en segundo lugar previene esta y otras enfermedades de transmisión sexual.

Felicitaciones y te invito a visitar nuestro podcast en: www.travesiaporlavida.podomatic.com, en donde hemos colocado el testimonio de un milagro de Laura Vicuña, joven Chilena, ejemplo para los jóvenes del mundo

Cristian dijo...

Es increible lo que el comercio puede llegar a hacer, sin medir las consecuencias de ese exceso de "confianza" que le dan a sus potenciales clientas. Bendiciones mi amigo.

Anónimo dijo...

Es muy puntual tu comentario, definitivamente las disciplinas empiezan en casa, soy profesora y antes de iniciar cada una de las clases hablo a los chicos sobre las disciplinas adquiridas en casa para rescatarlas en el aula de clase, el cuidado y respeto por el cuerpo, amor asi mismos y por los demás, (edades entre los 12 y 15 años)estan precisamente en la edad de los cambios hormonales.
Si hablo a mis hijos sobre respeto, tolerancia, prudencia y otros valores; muy seguramente mis hijos lo tendrán en cuenta para un futuro, si en casa no practican estos valores, muy seguramete recordaran que algún dia, alguien les hablo sobre este bello tema y lo tendrán en cuenta.

Anónimo dijo...

No quiero discutir sobre si la vacuna es riesgosa o no, o si se la deben aplicar a las niñas o no. Quiero recordar que cuando el sida estaba en sus inicios se popularizó la idea de que era una enfermedad que atacaba a los homosexuales. Después aparecieron los casos de señoras casadas muy fieles que habían sido infectadas por sus maridos. También quiero recordar que el profeta Abraham tuvo un hijo de un criada. La monogamia, la fidelidad y la abstinencia me parecen muy nobles, pero cómo educar en esta época en que los cinturones de castidad están en desuso y pocas personas tienen miedo de ir al infierno?