domingo, 9 de noviembre de 2008

Los Diamantes son Eternos

Pienso que tanto hombres como mujeres debemos ser cada vez mas conscientes de la belleza femenina; no sólo de su hermoso cuerpo en toda su forma, sino sobre todo de sus valores, de esa fuerza interior que las lleva a defender la vida aún cuando ellas mismas son ofendidas o humilladas de manera patética por la sociedad (y eso incluye a otras mujeres también) o por sus compañeros/novios o esposos.

Un diamante tiene algo tan hermoso, que logra que un hombre recorra varios kilómetros en una ciudad para ir a buscarlo. Los diamantes están guardados en finas joyerías y son presentados sobre fino terciopelo que acoge su brillo permitiéndole resaltar por sus kilates.

Los diamantes nunca están en descuentos ni en oferta: de hecho, los hombres que buscamos diamantes, desconfiamos de las joyerías que nos envían papeles de descuento en los extractos de tarjeta de crédito. Nunca veremos un diamante en las esquinas de los semáforos, como "rogando" ser comprados: permitiendo que los toquen para ver si así sí se los llevan. Las joyerías no dejan tocar los diamantes a los simples espectadores que con atuendos, acaso casuales, pasan por ahí y quieren entretenerse un rato apreciando una parte de su belleza.

Un diamante nunca quedará bien al lado de un pedazo de hojalata, de cobre o de hierro: solo el oro y el platino merecen ser fundidos para soportar un diamante y formar entre los dos un bello anillo que testimonie un amor tan eterno como la finura de esa piedra, preciosa entre las preciosas.

8 comentarios:

Princesa Hinamori dijo...

Hermoso Hombre de Dios, es muy linda la comparación que hace, en verdad logré sentirme como un diamante! 

Mal interpreté?

Un abrazo!!!

Dansaz dijo...

Dos cosas: La comparación es preciosa, un texto muy bonito, uno quisiera que el novio o el esposo se lo aprendiera y lo recitara... y bueno, se lo creyera.

La segunda, cuánto tiempo puede permanecer un diamante entre el estuche protegido en su vitrina de los toques, el sol y el viento? No sé los diamantes, ellos son eternos, pero nosotras no, nos arrugamos, la gravedad nos afecta, se nos retrasa la maternidad y se nos van pasando las etapas de la vida, pasando los años haciendo muchas cosas interesantes, importantes y lindas, pero con un gran interrogante sobre el amor que se construye entre dos.

Las mujeres pueden tener sus épocas de considerarse "diamante" y otras "vasito de agua", sin embargo, si pudiera devolver el reloj, volver a vivir algunos años, no sería ni lo uno ni lo otro.

Anónimo dijo...

Bueno yo creo que lo más importante es que realmente te consideres como un diamante, esto quiere decir muy valiosa, me encantó la comparación.
Alexandra

Anónimo dijo...

Hola Saulo. Gracias por esa comparación tan linda. Asi como el oro es tan dificil de conseguir, asi mismo es muy dificil encontrar un hombre en todo el sentido de la palabra para unirse al diamante. Generalmente necesita uno pasar por muchas latas, para llegar al oro puro.
Beatriz

Anónimo dijo...

HERMOSA INSPIRACION, HERMOSA COMPARACION, HERMOSA MENSAJE. GRACIAS MIL GRACIAS. SE LO LEI A UN CAMPAÑERO Y SE LE OCURRIO DE DECIR QUE ALGUNOS ERAN MANCHADO DE SANGRES, SE REFIERO A ALGUNA PELICULA O ALGO ASI, INMEDIATAMENTE MI INSPIRO LO SIGUIENTE:"Yo soy un como diamante valioso y tengo mucho valor porque mi precio fue pagado con sangre. Jesucristo loco de amor por mi, derramó hasta la última gota de su sangre, porque me ama y valgo mucho para El.

Anónimo dijo...

Gracias a Dios por este hermoso mensaje, para mí; de fortaleza. Podríamos ser diamantes con su textura natural al expresar y al hacer nuestro el evangelio que el cielo desea que se dé a conocer; solo con la sabiduría que Él da a aquellos que quiere ver brillar.

Un abrazo. T Q M

Anónimo dijo...

Saulo: unos dias atrás recibi una presentación que nos comparaba a las mujeres con manzanitas, y aunque bonito, el tema de las manzanas podridas no me convencía. En cambio con este mensaje si me identifico. Ahora puedes encontrarme algunas veces al dia poniendome la mano en el corazón y diciendome "soy un diamante, soy un diamante". :)
Gracias. Dios te bendiga.
María Fernanda

Anónimo dijo...

Realmente una mujer de valores sólidos ¡ES UN DIAMANTE!
Lelo