domingo, 18 de enero de 2009

El Respeto a la Vida Construye Hogares

Esta historia merece ser contada pues narra el valor de una madre por defender la vida de su hijo y cómo eso representa aún mas felicidad para ellos.

_______________

La noticia me cogió de sorpresa como a muchas jovencitas de esta época. Todas, antes o ahora, no esperamos con nuestras vidas tan atareadas y con temores al compromiso, querer unir nuestra vida para siempre a otro ser. Así de sencillo! Si bien desde niña siempre soñé con eso, al hacerse real fue un problema porque no se dio en las condiciones en las nos enseñaron a que teníamos que ser mamas y papas: luego de haber un compromiso establecido ante los ojos de Dios y de la sociedad. A mis 23 años, soltera, viviendo con mis padres, y ahora... ¿qué iba a hacer?????, Como afrontar la situación frente a mis papas?, eran ellos quienes realmente eran mayor motivo de mi preocupación…

Pues bien, con el apoyo de mi hermana, quien al escuchar mis sollozos en las noches descubrió mi condición de embarazo, saqué valor y decidí afrontar la realidad…. ya teniendo todo pensado si ellos decidían no apoyarme: iría a casa de mi abuela si me rechazaban.

Una angustia adicional era no estar respaldada emocionalmente por el papá de mi bebé que crecía en mi vientre,y quien en ese momento para demostrarme su “apoyo”, lo que dijo fue que interrumpiera mi embarazo.. Ese fue el día mas difícil de mi vida, pero el mas claro aun y el que quizá me devolvió mi fortaleza como mujer y el que me dio la conciencia de que la única persona que podía tomar las decisiones mas importantes de mi vida era yo!.

Mi hermana me ayudó a buscar ayuda pues mi condición de salud hacía que fuera un embarazo de alto riesgo. Afortunadamente no sentí ni un malestar ni mayores preocupaciones.

Contra viento y marea decidí luchar por ese bebe y me dediqué mucho a él, a sus primeros pasos. Al mismo tiempo trabajé en una empresa medio tiempo para pagar la niñera pero me di cuenta que estaba ganando para que alguien disfrutara de mi bebe así que hablé con mis papás y el papa biológico de mi hijo, para recibir mas apoyo: él le compraba algunas cosas y estaba mas inmiscuido en sus cosas, quizá Dios lo dispuso así que mientras viviéramos cerca a el, separando nuestra relaciones de padres de la relación de pareja que hubo, pues yo sabia que mi hijo necesitaba a su padre.

Pero esta historia tiene un final aún mas feliz. Luego de año y medio, me reencontré con un amigo que había conocido . Aunque no me faltaban las invitaciones, siempre pensé que la persona con la que iba a salir tenia que ser alguien que ME MERECIERA. No compartí mi vida con el papa de mi hijo porque sabia que el no me amaba, y el no era lo que yo quería para mi. El me dijo que nos fuéramos a vivir juntos, pero para qué? Para callar el qué dirán de los demás? Acaso ellos te preguntan cuando te hace falta un pañal o una lata de leche para tu hijo?

Yo no quería el infierno de aparentar una “vida feliz” como lo había visto en otras mujeres. Si bien había sido un tanto apresurada en la toma de decisiones, teniendo en cuenta mis instintos, tenía que afrontar las consecuencias de una forma decididamente que fuera productiva para mi vida y que este hijo trajera felicidad para mi vida.

Desde pequeña pensé que la única persona que uno puede escoger es a su pareja así que iba a tomar mi tiempo para encontrarla y sabia que estaba ahí para mi porque Dios la tenia en algún lugar. Siempre digo que muchas veces esa persona esta mas cerca de lo que creemos y no nos damos cuenta: un amigo de antes de mi embarazo, es hoy en día mi Esposo con quien comparto una vida de 7, casi 8 años de feliz matrimonio. Es el hombre mas encantador del mundo porque Dios lo hizo a mi medida. Hemos formado una hermosa familia bendecida por el amor de Dios y el amor mutuo; ahora somos cuatro pues nuestro hijo menor tiene 6 años y un grandulón de 10 anos que le llega al hombro. Mi esposo los ama a los dos sin diferencia muchas veces olvido que no es su padre biológico, (aunque mi hijo aun mantiene contacto con su papa biológico porque sé que es sano para su salud mental), mi esposo lo ha hecho tan bien como padre, que se que mi hijo no ha tenido ausencias.

Sé que he sido bendecida por Dios a través de esta segunda oportunidad que me dio la vida y siempre mis palabras son de agradecimiento para El porque esos tiempos difíciles en mi corazón (no por mi hijo) al contrario, el fue mi bendición, sino por no entender por qué pasaban las cosas. Por mi hijo soy madre, ahora especialista en mi carrera, ya que él trajo deseos de superarme, y por mi familia trato de ser mejor mamá.

Cuando estamos en problemas siempre tratamos de resolvernos nosotros mismos y no vemos que necesitamos ayuda de Dios y de los demás.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchas mujeres esperamos finales felices como el tuyo en nuestras vidas despues de pasar por momentos amargos. Dios permita esta realidad en nuestras vidas